Los focos LED son una opción muy eficiente que se integran perfectamente tanto en techos como en paredes. Su diseño discreto los hace ideales para una variedad de estancias, incluyendo cocinas, baños, salas de estar y pasillos. Ventajas significativas incluyen la eficiencia energética, que reduce el consumo de energía y los costos operativos, y la larga vida útil, que minimiza la necesidad de mantenimiento y reemplazo. La tecnología LED proporciona una luz brillante y de alta calidad que se enciende instantáneamente y, a menudo, es regulable para adaptarse a diferentes ambientes y necesidades. Existen varios tipos de focos empotrables, como los downlights, que proyectan una luz hacia abajo y son perfectos para crear un ambiente acogedor o para iluminar áreas de trabajo. Los proyectores empotrables permiten dirigir la luz a puntos específicos, ideal para destacar obras de arte o elementos arquitectónicos. Al seleccionar focos empotrables, es importante considerar el ángulo de haz y la temperatura de color, que pueden variar desde tonos cálidos, que fomentan una atmósfera relajante, hasta tonos fríos, que mejoran la concentración. Algunos modelos ofrecen características adicionales como resistencia a la humedad para baños, o perfiles ajustables para dirigir la luz según sea necesario.
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Plafones y Apliques de Techo
Plafones y Apliques de Techo
¿Cómo elegir un foco de techo?
- Material: suelen estar fabricados en aluminio, un material con excelente disipación del calor, pero también los hay en acero inoxidable, que aporta mayor resistencia, o plástico, que es más económico, pero menos duradero.
- Ángulo de apertura: para una iluminación general, busca focos con un ángulo de apertura de 60° a 120°, que cubren amplias zonas de manera uniforme. Para iluminar un punto específico, como un elemento destacado, un ángulo más cerrado, entre 20° y 40°, es más adecuado.
- Tipos de focos: empotrables: se integran directamente en el techo, ofreciendo una iluminación discreta y homogénea, perfecto para techos bajos, siendo muy discretos; focos con proyector: permiten ajustar la dirección de la luz hacia áreas específicas para destacar objetos o zonas concretas; focos de carril: montados en un riel, permiten mover y orientar los focos según las necesidades; focos downlight: generalmente empotrables, proyectan la luz hacia abajo de manera amplia y uniforme, muy útiles en cocinas, pasillos o áreas comunes; focos orientables o ajustables: similares a los focos con proyector, pudiéndose girar o inclinar para dirigir la luz con precisión; focos decorativos: no solo iluminan, sino suelen tener diseños más elaborados para formar parte de la decoración.
- Temperatura de color y eficiencia: para un ambiente cálido y acogedor, opta por 2700K a 3000K (luz cálida). Para áreas de trabajo o mayor claridad, los 4000K a 5000K (luz blanca fría) son ideales. Además, los LED consumen hasta un 80% menos que las bombillas tradicionales.
- Potencia y flujo luminoso: presta atención a la potencia (en vatios) y al flujo luminoso (medido en lúmenes). Cuanto mayor sea el número de lúmenes, más brillante será el foco. Para áreas amplias como salones o cocinas, busca focos con al menos 800-1000 lúmenes; para zonas pequeñas, 300-500 lúmenes serán suficientes.