Las lámparas de oficina son esenciales para crear un entorno laboral productivo y cómodo. Actúan como aliadas de la eficiencia y concentración, añadiendo estilo y sofisticación al espacio. Desde lámparas de escritorio ajustables hasta opciones de pie, techo o pared; todas ofrecen versatilidad para adaptarse a las necesidades específicas de cada oficina. La calidad de la luz es una prioridad, permitiendo ajustes de temperatura e intensidad para adecuarse a tareas y preferencias. La luz brillante y uniforme reduce la fatiga visual y mejora la concentración, creando un ambiente propicio para el rendimiento laboral. Por ello, lo más recomendable es utilizar la fuente de luz blanca neutra o blanca fría (4000-5000K).
En cuanto a los lúmenes recomendados, en las zonas de trabajo se sugiere una iluminación de alrededor de 500 a 750 lúmenes por metro cuadrado. En cambio, en salas de reuniones o sesiones de brainstroming lo ideal es optar por unos 300 a 500 lúmenes por metro cuadrado, además de maximizar la entrada de luz natural que contribuye a la distensión de los trabajadores.
La eficiencia energética es destacada mediante la tecnología LED, no solo ahorrando costos, sino también siendo amigable con el ambiente. Para ser más funcionales, estos modelos incorporan características como brazos articulados, cabezales ajustables y puertos USB, optimizando la practicidad y comodidad en el espacio de trabajo. Es importante contar con iluminación ajustable para que pueda adaptarse a diferentes necesidades a lo largo del día.
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