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Resulta clave evaluar varios factores como el tamaño, el ángulo de luz, la posibilidad de orientación, el formato y la cantidad de unidades necesarias para una iluminación efectiva. Los focos de menor tamaño, con un ángulo cerrado (entre 20° y 40°), sirven para acentuar detalles y zonas concretas como pasillos, vestidores, vitrinas, mobiliario; mientras que los modelos grandes, con un ángulo abierto (de 60° a 120°), proporcionan una luz homogénea, apta para espacios amplios como salones o cocinas.
Para calcular la cantidad adecuada, conviene estimar entre 400 y 600 luxes por m² en áreas de trabajo (como oficinas o cocinas) y entre 100 y 300 luxes en áreas de descanso, como dormitorios y salas de estar. Lo más indicado es dejar una separación de 1 a 1.5 metros entre puntos de luz, dependiendo del tamaño del downlight y la estancia.
Los empotrables LED destacan por su eficiencia energética y durabilidad. En cuanto a la temperatura de color, se recomienda luz cálida (2700K-3000K) para ambientes acogedores, y luz más fría y natural (4000K-5000K) para zonas de trabajo. La opción de regulación de intensidad también es muy útil, pues permite ajustar el ambiente a diferentes momentos del día.
En cuanto a su estética, los podemos encontrar redondos, cuadrados o rectangulares y de diversos colores, aunque los preferidos siguen siendo los blancos o negros.
