Para tener limpio a fondo nuestro hogar, no hay que pasar por alto las lámparas, especialmente las que están en el techo y, además de ser de difícil acceso, suelen quedar fuera de nuestro campo de visión. Limpiar de manera periódica las lámparas de casa hace que su rendimiento y la luz que proyectan sea de mayor calidad.
El polvo acumulado en las bombillas y en las pantallas puede hacer que se reduzca de manera considerable la intensidad de la luz, por lo que es recomendable limpiar una lámpara al menos una vez por semana. Con estos trucos, hacerlo es sencillo y rápido.
Limpiar una lámpara de cristal de forma sencilla
Aunque pueda parecer una tarea complicada, realmente es sencillo hacerlo. Si sigues estos cuatro pasos para limpiar una lámpara de cristal, la tendrás reluciente en muy poco tiempo.
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Los únicos elementos que hay que utilizar son agua y amoniaco. Se han de mezclar a partes iguales dentro de un pulverizador, y agitarlo enérgicamente para que se mezclen bien.
Hay que preparar bien la zona de limpieza, colocando plásticos en la zona que hay justo debajo de la lámpara. Cubre bien el perímetro, y no solo el diámetro de la misma, ya que cuando estés limpiando, el goteo sobre el suelo será constante.
Con la zona protegida, has de pulverizar la mezcla desde arriba hacia abajo, siempre teniendo cuidado con que el líquido no impacte sobre las zonas eléctricas y las bombillas; en este punto no hay que frotar, sino dejar que actúe: comprobarás que va haciendo efecto, y el agua cae arrastrando la suciedad.
Se debe esperar hasta que la lámpara de cristal deje de gotear, y envolver el plástico desde la zona exterior hasta la interior.
La mejor manera de limpiar una lámpara de acero o metal
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Las lámparas metálicas lucen realmente cuando están inmaculadas y reflejan la luz en todo su esplendor. No resulta nada complicado hacer que estas luminarias estén como el primer día, siguiendo estos pasos:
Para que el metal recobre su esplendor, necesitas un pulverizador, en el que añadirás una parte de agua y otra de amoniaco. Agita el pulverizador con energía hasta que quede mezclada homogéneamente.
Deja que la mezcla actúe. Recuerda que la mejor manera de pulverizar es desde la parte superior hasta la inferior, de esta manera conseguirás que la limpieza sea completamente uniforme.
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No es conveniente aplicar un paño en este momento, cuando se pulveriza. Espera al menos tres minutos hasta que haya hecho completamente efecto.
Transcurrido este tiempo, ya puedes emplear un trapo suave que esté completamente limpio, que aplicarás en toda la lámpara de manera firme.
No la enciendas inmediatamente, espera a que la lámpara se haya secado del todo antes de usarla de nuevo.
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Cómo limpiar un ventilador de techo
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Aunque resulte obvio decirlo, el primer paso es desconectar el aparato antes de comenzar. Las prisas son malas consejeras en estos casos.
Usa agua templada para esta operación, y añade al cubo de agua jabón neutro. En las zonas de mayor extensión puedes usar una bayeta, y en el caso de los rincones más inaccesibles, la mejor herramienta de limpieza que puedes usar es un pincel de pelo fino.
Es importante que la zona que hay debajo del ventilador no se ensucie: utiliza una sábana vieja o pon plásticos en un radio que supere en medio metro el diámetro del ventilador.
No pongas la escalera o el taburete justo debajo del ventilador: es mejor que lo pongas en el contorno y subas y bajes todas las veces que haga falta para que puedas trabajar con mayor comodidad.
¿Es un ventilador con luz? En ese caso, desmonta el difusor previamente: en casi todos los casos, bastará con desenroscarlo previamente y quitarle el polvo acumulado.
El punto donde se unen las palas del ventilador suele ser el más crítico y complicado: ahí es donde entra en acción el pincel, con el que se retirará el polvo y la suciedad.
Comienza con el cuerpo y las partes de mayor superficie, y termina con las palas: primero la parte superior y luego la inferior.
No olvides pasar un paño seco al finalizar para que no quede ninguna humedad en tu ventilador.
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Cómo limpiar una lámpara de araña
Las lámparas de araña son, por forma y diseño, luminarias con mucha personalidad y muy decorativas. Este tipo de lámparas captan la atención de fácilmente de quien las observa. Sin embargo, su estructura al mismo tiempo las convierte en piezas difíciles de manipular a la hora de montarlas, desmontarlas o limpiarlas.
A la hora de limpiar una lámpara de araña, lo más importante que debes saber es que necesitas realizar esta operación con tiempo y paciencia, ya que es importante limpiar las piezas más pequeñas y delicadas, sobre todo, si la lámpara es antigua o muy frágil. Para estos elementos se recomienda mejor usar agua y jabón.
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Para limpiar el resto de la lámpara es necesario conocer su material de fabricación, y aplicar el método y los productos más adecuados ya sea cristal, metal o madera. Si la lámpara se puede descolgar fácilmente, se recomienda mejor limpiarla en el suelo.
Una vez que retires el agua o los productos con un paño, se recomienda dejar secar la lámpara de forma natural para volver enganchar al techo.
Cómo se limpia cualquier lámpara de cocina
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En el caso de las lámparas de cocina, además del polvo es habitual que se acumulen partículas de humo y otros restos de suciedad que se generan al cocinar. Ya sea de plástico o de cristal, la pantalla se ha de limpiar de arriba hacia abajo.
En este caso, la mezcla de agua y amoniaco es la mejor manera de desinfectarla con facilidad. Si no quieres usarlo, puedes recurrir a un paño húmedo y a la ayuda de productos no abrasivos, de lo contrario, puedes dañar tu lámpara.
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Es importante dejar que el producto actúe, en lugar de aplicarlo con presión sobre la lámpara; de lo contrario, es muy probable que se raye y que la suciedad no salga con facilidad.
Cómo limpiar una lámpara de baño
En muchas ocasiones los baños no cuentan con una buena ventilación, esto puede ocasionar que esta zona de la casa acumule mucha humedad lo que puede afectar a las luminarias.
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Las lámparas o focos del baño en ocasiones pueden ponerse opacas, oxidarse o acumular moho. Por este motivo, recomendamos limpiarlas con frecuencia y observar su funcionamiento.
El método de limpieza puede variar en función del material y el tipo de lámpara, ya sea aplique o plafón.
Limpiar plafones de techo en casa
Los plafones son uno de los tipos de lámpara más difíciles de limpiar. No por su forma, sino por su posición: pegados al techo, el acceso a los mismos suele ser complicado.
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La manera más cómoda de comenzar la limpieza es desmontando el plafón con mucho cuidado. Lo habitual es que se puedan desenroscar de manera sencilla, pero en algunos casos puede que necesites quitar un enganche o una tuerca. No te asustes cuando veas que en su interior hay acumulado mucho polvo, e incluso algún insecto.
Si es de cristal transparente, basta con limpiacristales y un paño húmedo para retirar el polvo. Si se trata de materiales plásticos, es mejor emplear limpiadores jabonosos que retiren la suciedad acumulada.
¿Es un plafón de cocina? Es muy posible que se haya acumulado en la parte exterior algo de grasa. En ese caso, un limpiador no abrasivo es todo lo que te hará falta.
Repasa los bordes del plafón con agua y jabón antes de volver a enroscar el difusor en su lugar original, y así evitarás que se haga marca sobre el techo.
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Limpiar la pantalla de una lámpara dependiendo del material
Limpiar una lámpara con pantalla de tela
El polvo que se ha acumulado sobre la tela se puede retirar fácilmente con el aspirador. Si además de polvo presenta manchas, emplea exclusivamente productos de limpieza en seco: los líquidos no son nada recomendables, y para retirar el producto de limpieza es mejor emplear un cepillo de cerdas suaves.
Limpiar lámparas de pergamino
En el caso de las lámparas de pergamino, hay que tener en cuenta que se trata de un material realmente delicado. El mantenimiento de este tipo de luminarias ha de ser más exhaustivo, y si se le pasa un plumero a diario o cada dos días, es suficiente. En el caso de que se haya ensuciado, pon jabón neutro en un cubo de agua, y escurre en él una esponja, que frotarás suavemente sobre la superficie: ten en cuenta que se trata de papel, y no se puede mojar demasiado, ni tampoco debes tocarla directamente con las manos.
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Limpiar eficazmente una pantalla de metal
El mantenimiento de este tipo de pantallas es el más sencillo, al ser materiales más resistentes. A diario, el plumero es más que suficiente, y en el caso de que acumulen alguna mancha, aplica limpiacristales con un trapo, y frota con energía.
Limpiar pantalla de plástico
Este material soporta cualquier tipo de material, salvo los abrasivos. Ten en cuenta que puede ser el más propenso a mostrar rayaduras, por lo que el trapo que emplees ha de ser suave, y no debes frotar con demasiada fuerza. Ten en cuenta que el trapo no deje pelusa, o tendrás que volver a empezar cuando finalices.
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Cómo se limpia una tulipa hecha de seda
En el caso de un material tan sensible, lo más recomendable es que se emplee un cepillo de cerdas suaves para retirar la suciedad exterior. En el caso de que se haya manchado o haya acumulado suciedad en exceso, es preferible acudir a profesionales de la limpieza, ya que la seda requiere unos cuidados muy específicos.
Limpiar las pantallas de las lámparas de mimbre
Los materiales naturales son muy bonitos, pero tienden a acumular polvo. Al ser bastante robustos, no tengas miedo a pasar la aspiradora para que el polvo acumulado en los huecos desaparezca inmediatamente, recurriendo a un simple paño húmedo para las manchas más rebeldes.
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