En el momento de hacer la decoración de una casa, el diseño de iluminación es fundamental. Al hacerlo, es habitual que se nos planteen retos y dificultades, como por ejemplo, iluminar de manera correcta espacios pequeños en los que, habitualmente, la luz natural es escasa o inexistente.
Iluminar habitaciones pequeñas es una tarea que puede resultar sencilla si conoces los trucos, consejos y actuaciones más adecuadas para conseguirlo. A continuación, te proponemos algunos, y te damos algunas ideas que esperamos que te resulten útiles.
El blanco es tu mejor aliado
Antes siquiera de pensar en el diseño de iluminación, tienes que plantearte de qué colores pintar la habitación pequeña o mal iluminada. En estos casos, el mejor consejo que podemos darte es que recurras al color blanco o a los tonos muy claros: son los que mejor reflejan y amplifican la luz, de manera que con aparatos de iluminación de dimensiones y potencia reducidas conseguirás un efecto mayor del habitual.
Colores vibrantes
Puede que desees introducir colores vibrantes: no hay problema en hacerlo, siempre y cuando no sean los predominantes, y tengas claro que la prioridad son los tonos claros. Una nota de color en forma de cenefa o de acabados no restará luminosidad, y sí puede aportar personalidad a la estancia.
Temperatura de la luz adecuada
Tan importante es elegir el diseño y posición de las lámparas como acertar con la temperatura de la luz. Para ello, has de fijarte en el etiquetado de las bombillas: la temperatura de las mismas está expresada en grados Kelvin y, para que te hagas una idea y puedas elegir según tus preferencias, al mediodía la temperatura que tiene la luz natural es de alrededor de 5600 grados Kelvin. A partir de ahí, está en tu mano dotar de mayor o menor intensidad a la habitación, dependiendo del efecto que desees conseguir en ella.
Luz en todos los rincones
Cuando una habitación no dispone de luz natural, o esta es muy deficiente, se ha de procurar que la luz artificial llegue a todos os rincones. ¿Cómo lo conseguiremos de la manera más eficaz y estética? Empieza por la luz del techo: coloca una lámpara de suspensión o un plafón lo bastante amplio, de manera que consigas una luz general suficiente.
Tus mejores aliados serán los apliques de pared. Colocados en la misma posición donde irían las ventanas, son perfectos para simular la luz natural. Completa tu diseño con lámparas de sobremesa o de suelo, de manera que no quede ni una esquina oscura.
Aprovecha la versatilidad de las lámparas de sobremesa para colocar una sobre una mesita baja, y crear un ambiente acogedor que invite a quedarse en la estancia.
Espejos que amplían el espacio
Para una habitación pequeña con iluminación escasa, los espejos son un truco sencillo y práctico. Comprar lámparas online cuya luz se vea amplificada por ellos es la mejor manera de conseguir un efecto multiplicador de mayor luminosidad.